Muchas veces nos gusta pensar que "así soy," "no lo puedo controlar," "no es mi culpa," "yo lo intento pero no hay manera"...pero una triste y feliz realidad es que somos dueños tanto de nuestras acciones como de nuestras emociones (muy fuerte lo sé!)
Los inicios de mes suelen ser esperanzadores, ¿quién no ha tenido esa sensación de lunes “borrón y cuenta nueva”? Empezamos una vez más y es la ocasión perfecta para reajustar lo que hemos estado haciendo para no perder el norte, ¿no? (hola comer limpio, evitar todos nuestros alimentos favoritos...)
Yo antes enfocaba esta sensación de esperanza a un horizonte de manera muy superficial, es decir, lo tenía claro pero no hacía retrospección. Ya sabes, evaluar si lo que estaba haciendo era lo idóneo. Pero como todo, la vida me iba poniendo algunas señales en el camino y, a pesar de no querer verlas de manera inmediata, me terminaban incomodando. Tanto, tanto que por fin llegaba el momento y afrontaba que mi plan no estaba funcionando. Y así con todo, no solo con mi relación con la comida y mi cuerpo. Con todo, de verdad, que el novio, que la clase, la familia, tal amiga y así…
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Isa’s Substack para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.